INMERSIÓN DIARIA Martes | Mensajes de la Conferencia Internacional

Dios quiere hacer de la iglesia un pueblo que tenga intimidad con Él, que oiga Su voz, entienda, conozca Su voluntad y viva en la tierra según Su palabra, pues así Su obra será realizada poderosamente.
Cuando el Señor apareció en el monte de Sion, el pueblo tuvo miedo de Su voz y le pidió que Él hablara sólo con Moisés y Moisés con A partir de ese momento, la voz de Dios fue la voz de Moisés.
Jesús, cuando estaba en la tierra, realizaba la obra de Dios por medio de la palabra que el Padre le ordenaba hablar. La palabra que Jesús hablaba no venía de Él, sino del Padre. Jesús no fue enviado para buscar su propia gloria, sino la gloria del Padre.
La obra de Dios acontecía cuando el hombre creía en aquel que fue enviado por Dios y oía la palabra, pues la voz de Dios era hablada por medio de aquel que Él envió. La palabra es la que hace la obra de Dios (Juan 5:6-7).
El día de Pentecostés, Pedro se levantó con los once y la palabra comenzó a ser hablada por medio de Él era el canal. La obra de Dios fue hecha, en aquellos primeros tiempos, a través de Pedro y Juan predicando la palabra. Más tarde, Dios empezó a utilizar a Pablo como canal dispensador. Dios usa este principio. La palabra que hace la obra de Dios