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INMERSIÓN DIARIA Lunes | M17. Nuestra vida está escondida con Cristo en Dios
El Señor está haciendo grandes cosas en nuestros días, porque Él quiere volver. No somos mejores que otras generaciones, tal vez seamos los peores. Por el estándar de los siervos de Dios de otras épocas, tal vez no estemos calificados. Pero el Señor necesitaba cerrar esta era y fue a buscar trabajadores en las encrucijadas, ya que los buenos no quisieron venir. Aquí estamos, los cojos, los ciegos, los paralíticos. No somos los mejores, pero por Su misericordia Él nos hizo útiles en Sus manos (Mt 20:6-9; 1Co 1:27-29).
Los hermanos del PAC, grupo dedicado al perfeccionamiento de la colportaje, están trabajando en el reposo de Dios y por eso están alegres, aunque estén con mucho trabajo (Hb 4:10).
Las habilidades que inicialmente recibimos de los cielos, al acostumbrarnos a ellas, terminamos usándolas en la esfera terrenal. Si no tenemos cuidado, se convierten en nuestras muletas y flotadores.
Ya no tiene sentido buscar las cosas aquí en la tierra. Si ya resucitamos, busquemos las cosas allá en lo alto (Cl 3:1-4). No pongamos más la mente en las cosas aquí en la tierra, como mantener a la familia, ganar dinero, cosas legítimas que pueden esclavizarnos en la tierra. Nosotros ya hemos muerto para las cosas de la tierra y para la carne. Ya no necesitamos vivir en pecado o como esclavos del pecado, porque nuestra carne fue crucificada con Cristo y nuestra vida está oculta en Dios.
La experiencia de los hermanos cooperadores cuando pasan por el PAC es que, todo aquello que hacen automáticamente, en la esfera terrenal, cuando se somete a la presión de la calle, no funciona. Entonces, necesitan recurrir a las cosas de allá en lo alto. En ese momento, lo que funciona es la palabra profética, aquello que el Señor nos dio en el momento. Hasta nuestra oración muchas veces no funciona en la calle. No es necesario inventar nada, simplemente use la Palabra en la que usted se sumergió. Sea sencillo. (2Co 3:5)