INMERSIÓN DIARIA Jueves | M23 – Las palabras finales de Pablo a los Colosenses

En la iglesia en Filadelfia, ¡el amor fraternal se vive entre los hermanos! No tenemos jerarquía ni posición, somos hermanos. Debe haber respeto y honra por la función en la que el Señor ha colocado a cada uno. Pero nadie tiene una posición superior con relación a los demás (Hebreos 13:17).
Cuando se trata de la iglesia, Dios, en Su sabiduría, no trabaja como una entidad religiosa. La iglesia es totalmente diferente de una entidad organizada por los hombres, pues es de Dios, que cuida de ella en la esfera divina; por lo tanto, muy diferente de una organización humana. (Alimento Diario, Libro 1, Semana 3, Miércoles)
Onésimo, que era un esclavo que defraudó a su amo por huir, se convirtió y pasó a ser una persona útil para Pablo, ¡un cooperador! Pablo redimió el tiempo y aprovechó la oportunidad para predicar el Evangelio a Onésimo (Colosenses 4:9). Pablo no tenía prejuicios sociales, y tampoco quería hacer una revolución, pero quería ayudar a las personas que vivían como esclavos a no sufrir prejuicios en la iglesia. Trató a Onésimo como un fiel y amado hermano.