INMERSIÓN DIARIA Viernes | M01 – La raíz de la decadencia de la iglesia: La pérdida del primer amor

Pablo se convirtió en apóstol de Dios por designación del Espíritu, y no humana. Quien ordena en la iglesia es Cristo. Ninguno de nosotros tiene derecho a dar posiciones, es Cristo quien nos pone donde Pablo fue elegido apóstol y ministro de la gracia de Dios y completó la palabra del Nuevo Testamento (Colosenses 1:1; 25)
El Hijo, en aquellos días, habló a través de Pablo. La palabra obra eficazmente en los hermanos que creen en ella, y así se lleva a cabo la obra de A través de ella, las iglesias desde Antioquía en Siria, Galacia, Asia, Macedonia, Acaya, hasta Roma fueron levantadas (1 Tesalonicenses 2:13).
Pablo sufrió la competencia de los judaizantes al principio de su ministerio, distrayendo a los hermanos de la palabra que realmente hace la obra de Dios, para volver al yugo de la Ley. Muchos hicieron esto para ganar seguidores. No es así como debemos hacer en la iglesia; nadie debe competir por la popularidad para tener sus propios seguidores, debemos hacer discípulos de Jesús, porque es el Hijo quien habla, y usa canales elegidos por Él, para hablar (Hechos 9:15).
Alimento Diario, Libro 2, Semana 1, jueves, pag. 16: “No quieras ser lo que el Señor no ha determinado para ti, sino estar satisfecho con la función que Dios ha determinado para ti en la iglesia. Entonces serás una bendición para el Cuerpo. Y cuando el Señor regrese, recibirás el galardón.”