INMERSIÓN DIARIA Jueves | M03. Las Obras de la “Profetisa” Jezabel

  1. “Las enseñareis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes en el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes” (Deuteronomio 11:19-24). Esto es lo que está sucediendo a los adolescentes: ellos están escuchando la palabra profética y por eso, están durmiendo con Dios. Por la mañana, se despiertan escuchando la Palabra y haciendo inmersión. Cuanto más te acercas a la palabra de Dios y la grabas en tu corazón, más te acercas a Él.
  2. Cuando salimos a la calle, compartimos el evangelio por medio de: “¿Puedo orar por usted?” y dejamos libros que contienen el evangelio del reino, estamos conquistando la tierra para el Señor. Donde pongamos la planta de nuestros pies, el Señor nos la dará. Sin embargo, hay una condición: debes guardar e inculcar la Palabra (Josué 1:3).
  3. Jesús no vino a la tierra para formar una religión o establecer una organización religiosa. Jesús vino a dar vida. Él vino como un grano de trigo para morir en la cruz y resucitar, produciendo muchos granos. Estos muchos granos somos nosotros, los muchos miembros del Cuerpo de Cristo. Somos miembros vivos del Cuerpo de Cristo, no una organización humana (Juan 10:10; 12:24).
  4. La mejor manera de ser gobernados por Cristo es hacer inmersión en la palabra. Cristo mora en nosotros a través de la palabra. ¡Ese es el secreto! Cuanto más nos sumergimos en la palabra profética, más tenemos la realidad de Dios. (Alimento Diario, Libro 2, Semana 3, Jueves, p. 48).

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