INMERSIÓN DIARIA Miércoles | M03. Las Obras de la “Profetisa” Jezabel

  1. Necesitamos hablar la Palabra entre nosotros y repetirla una y otra vez hasta que quede grabada en nuestros corazones, porque ella da fuerza y poder para que Cristo habite en nuestros corazones. Y viene a través de hablar la Palabra unos a otros. Lo que Dios quiere lograr como resultado final es la construcción de un tejido de amor. El trabajo es hecho por la Palabra (Efesios 5:18; Colosenses 3:15).
  2. Dios quiere introducir a Su pueblo en la buena tierra de Canaán. Para que tengas la fuerza de entrar en la buena tierra de Canaán, que representa la manifestación del reino, debes guardar los mandamientos del Señor, las órdenes del Señor, Su palabra. El apóstol Pedro nos muestra que a cada uno de nosotros se nos ha dado un terreno, una porción de la fe igualmente preciosa, que es Cristo, para poder labrar la tierra y trabajar en ella a fin de disfrutar de Sus frutos (Deuteronomio 11:8-10; 2 Pedro 1:1).
  3. La tierra, que es Cristo, depende del cielo. Todo lo que tienes que hacer es trabajar en la Palabra. Esta tierra es el Señor que cuida. El Señor está cuidando de ti todo el tiempo. Desde el principio hasta el final del año, Dios está atento a ti. Deja que el Señor cuide de ti, solo guarda Su Palabra en tu corazón (Deuteronomio 11 :11-18).
  4. Por la palabra, poco a poco, el Señor nos llena de Sí mismo, con la gracia, con Su vida, con Su naturaleza, con Su justicia, con Su santidad, con Su gloria y con Su esencia, que es el amor. (Alimento diario, Libro 2, Semana 3, miércoles, p. 46).

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