INMERSIÓN DIARIA Jueves | M06. Un gran avance: La invención de la imprenta y la fabricación de papel.

Josué era un hombre joven y tenía una gran tarea. No era por su capacidad que la llevaría a cabo. El Señor le mandó que no dejara de hablar del Libro de la Ley, que meditara en él de día y de noche. Necesitamos de la inmersión en la palabra día y noche. La palabra te hará (Josué 1:8-9)
Los sacerdotes enseñaron al pueblo en las ciudades de Judá. Lo hicieron teniendo el libro de la Ley con No es confiable transmitir la palabra solo oralmente. No confíe en la transmisión solo por hablar. Debe tener el libro, algo escrito. Si somos fieles a la palabra y nos sumergimos en ella, el enemigo nos temerá y nada nos detendrá. (2 Crónicas 17:7-10)
Además de tener la Biblia en la mano para leer con precisión, tenemos la palabra profética que la explica. El pueblo entendió el corazón de Dios cuando les explicaron la palabra. Lloraron porque vivían de manera diferente a lo que Dios habló. El pueblo festejó y se regocijó mucho, porque habían entendido las palabras que se les explicaron. Es por eso que hacemos colportaje. (Nehemías 8:5-12)
“Para que ocurra el encabezamiento de Cristo, necesitamos estar saturados con toda la realidad de Dios, como el amor, la luz, la justicia, la santidad y la gloria, sin espacios vacíos. Por eso es tan importante seguir la palabra profética y practicar la inmersión, porque sólo donde está la realidad de Dios habrá el dominio de Cristo”. (Alimento Diario, Libro 3, Semana 2, jueves, pág. 32).