INMERSIÓN DIARIA Sábado | M.10 Sardis – Un Tesoro escondido en el campo

  1.   El diferencial de la iglesia en Filadelfia son los tesoros abiertos de la palabra profética. Si el Señor deja de enviarnos la palabra profética, seremos un grupo religioso muerto. Gracias a Dios, cada semana tenemos algo nuevo dado por el Señor, que es como una lámpara que alumbra en un lugar oscuro, hasta que amanece el día y nazca la estrella de la mañana en nuestros corazones (Apocalipsis 3:8, 10-11; 2 Pedro 1:19).                                                                                                     
  2. No podemos mirar el poder del enemigo. Como el rey Josafat, recibimos la promesa del profeta: “La batalla no es vuestra, sino de Dios. (…) En este encuentro, no tendrás que pelear; toma posición, quédate quieto y mira la salvación que el Señor te dará”. Ante los ataques, no necesitamos apelar a la fuerza humana, sino permanecer confiados en Dios (2 Crónicas 20:15, 17).                       
  3.   Dios no realiza su obra mediante las armas de la carne, sino mediante las armas del Espíritu (Zacarias 4:6; 2 Corintios 3:5; 10:4).                                                                         
  4.  “Necesitamos abrir nuestra mente ejercitando el espíritu, sumergiéndonos en la palabra, para que la mente se renueve. La renovación de la mente trae vida, paz y edificación. Este es el deseo de Dios: edificar Su iglesia. Para que esto suceda, es necesario que todos los miembros estén unidos a la Cabeza, que es Cristo, porque unidos a la Cabeza reciben suministro y edificación (Colosenses 2:19)” (Alimento Diario, Libro 4, Semana 2, sábado, pág. 36).

 

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