La generación que salió de Egipto fue incrédula cuando se trataba de entrar en la buena tierra. Los adolescentes son nuestro ejemplo de obediencia y Esto hará que entren y sean dueños de la buena tierra. Si tenemos un corazón de incredulidad y desobediencia, quedaremos en el desierto. Pero si somos simples y estamos dispuestos a practicar la inmersión, la transcripción y el colportaje como ellos, ¡seremos como Caleb y Josué y pisaremos la tierra con la nueva generación! (Deuteronomio 1:19-41).
Estamos aquí luchando por el reino de Cristo, cuyo establecimiento es necesario para que podamos entrar en la buena tierra. El Señor ha preparado una tropa de adolescentes para luchar en Su ejército, que necesita Los valientes jóvenes de David son los capitanes de las tropas que han aprendido a usar las herramientas de nuestra lucha para guiarlos y avanzar contra el imperio de las tinieblas. (Salmos 110:3 KJA; 1 Crónicas 12:18)
Necesitamos estar dispuestos a sacrificar nuestras vidas por el reino de Cristo. Fue suficiente que David suspirara y los valientes de David estaban listos para el Somos uno con David porque Dios lo ayuda. Su ejército es el ejército de Dios (1 Crónicas 11:16-18; 12:18, 21-22).
“Quien vive en la carne caerá. Sin embargo, si el Espíritu de vida, que es Cristo mismo, habita en nuestro espíritu, ejercerá sobre nosotros un poder mayor que la gravedad, pues es la ley del Espíritu de vida”. (Alimento Diario, Libro 2, Semana 7, domingo, página 123).