- En el siglo XII, en la oscuridad de las tinieblas, surgió Pedro Valdo, quien tuvo la visión de que lo que el hombre necesitaba era la Palabra de Dios. Esos fueron los primeros colportores. ¡La única cosa que ayuda a las personas es la Palabra de Dios!
- Aunque los valdenses fueron duramente perseguidos, el Señor cuidó de Su pueblo sufrido, preservando la línea dorada de Su gracia, manteniendo el brillo de Su verdad.
- Los valdenses tuvieron una rica historia, con una tradición maravillosa. Pero en 1532 ellos se unieron oficialmente a la Reforma Protestante, absorbiendo la cultura religiosa y perdiendo el vigor espiritual.
- Hay dos factores para que Dios use Su iglesia: Primero, debemos mantener un apego constante a la Palabra. Es la palabra profética la que nos mantiene con vida, teniendo contenido y dando dirección. Segundo, mantener el vigor evangelístico, predicando el evangelio del reino a toda la tierra habitada. Amamos la venida del Señor, luchamos para apresurar Su regreso. Por eso la iglesia coopera en la predicación del evangelio del Reino (2 Pedro 1:19; Isaías 66:2 KJA; Mateo 24:14).