INMERSIÓN DIARIA Lunes | M.20 – El modelo de Jesús en la obra de Dios

  1. Jesús era Dios mismo, y por obediencia se hizo hombre, para hacer la obra que el Padre le había encomendado. En su ministerio, Jesús nos dejó un principio profundo: el Hijo no puede hacer nada por sí mismo. (Juan 5:19; Filipenses 2:5-8).

 

  1. Lucifer tomó un camino opuesto al de Jesús, el de la capacidad propia. Antes de su rebelión, era un príncipe que ocupaba la posición más alta en el mundo pre adámico. Debe haber usado toda su sabiduría, belleza y habilidad para servir a Dios. Probablemente hizo un excelente trabajo y por eso estaba orgulloso. Cuando el hombre se cree capaz de trabajar para Dios, inevitablemente será contaminado por el orgullo. (Ezequiel 28:11-19).

 

  1. La ambición lleva al hombre a querer siempre posiciones más elevadas. Lucifer llegó al punto de querer ser semejante al Altísimo. Este fue el camino que tomó Satanás, el adversario de Dios. (Ezequiel 28:11-19; Isaías 14:12-15).

 

  1. “Hoy, en el regreso inminente del Señor, cuando miramos a los siglos pasados, nos damos cuenta de lo mucho que Satanás ha obrado para impedir que Iglesia sea edificada. La forma religiosa en que muchos trataban con la Iglesia también era una artimaña del enemigo para que los cristianos no vivieran la realidad del reino de los cielos. Satanás sabe que la Iglesia edificada pone fin a su imperio”. (¡El que tiene oído, oiga! – Lecciones de Pérgamo y Tiatira, pág. 53).

 

 

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