- El tabernáculo y el ejército son para que conquistemos la buena tierra, que es el milenio. Nuestra conquista de la buena tierra es reinar con Cristo por mil años. (Éxodo 40:16-17, 34-38; Apocalipsis 2:26; Apocalipsis 3:21; Apocalipsis 20:1-6)
- Seguir su propia dirección en medio del desierto es una muerte segura. Sin la presencia y dirección del Señor, a través de la nube y la columna de fuego, moriremos. Hoy estamos en un desierto espiritual, en una noche oscura. Sin una columna de fuego, sin la Palabra Profética, estaremos sin dirección. Por eso vamos a seguir el hablar del Señor y marchar juntos. (Éxodo 40:16-17, 34-38)
- El hombre no tiene la libertad de introducir sus ideas en la edificación del tabernáculo de Dios, sino que debe seguir exactamente lo que Él revela a Sus santos apóstoles y profetas. (Éxodo 24:16-18; 25:8-9; Efesios 2:20-22, 3:2-5)
- La obra principal de Dios en nosotros es obtener nuestra obediencia. (Alimento Diario, Libro 2, Semana 1, viernes, p. 19)