- El gobierno de la Iglesia no es abstracto, sino que viene por el encabezamiento de Cristo. La Palabra establece el gobierno de Dios en la Iglesia. ¿Quién dirige a la Iglesia? La palabra. ¿Quién da la revelación del mandamiento para que la Iglesia lo ejecute? La palabra. (1Corintios.1:2; Colosenses.1:24; Efesios.1:9-10, 22-23; Colosenses.3:16)
- Para llenar la Iglesia, Cristo dio apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros para perfeccionar a los santos para la edificación de la Iglesia, para producir ese tejido de amor, un cuerpo bien entrelazado, preparado y consolidado, creciendo en el amor de Dios, para la edificación del santuario dedicado al Señor. (Efesios.4:11-12)
- El apóstol Pablo era el dispensador de la gracia, y Dios le confió que fuera ese canal. Mientras Pablo dispensaba la gracia, esta palabra comandaba a la Iglesia y la gobernaba, supliéndola de vida y haciendo que la obra de Dios sucediera. (Efesios.3:2; Tito.1:5)
- En sus viajes, el apóstol Pablo predicó el evangelio, levantó Iglesias, nombró presbíteros, obispos (superintendentes), para pastorear el rebaño de Dios. (Efesios.3:2; Tito.1:5)