- Ante el avance de la obra de reedificación de los muros de Jerusalén, los ataques y la oposición se intensificaron. Hoy en día, esto también sucede. En pocos años, el Señor ha hecho tanto entre nosotros, ¡porque la buena mano del Señor está con nosotros! No contamos con nuestra capacidad, sino con la dirección del Señor. Al seguir la palabra profética, la obra es hecha (Nehemías 4:6-9; 2 Corintios 3:4-5).
- El enemigo de Dios busca crear mucha confusión, pero no nos damos por vencidos, porque no luchamos por intereses o ambiciones, sino por el pueblo de Dios y Su Iglesia. Al igual que Nehemías, debemos orar y actuar, poniendo guardias en las puertas día y noche (Nehemías 4:1-9, 16-18).
- El enemigo es astuto y usará cualquier medio para detener la obra de Dios. Él quiere atemorizar a los edificadores. Así que hoy tenemos que estar atentos y cuidar de cada hermano de la Iglesia. Necesitamos luchar por nuestras familias. ¡Los muros protegen a todos! (Nehemías 4:10-18).
- Hoy, a través de la palabra profética, somos edificados para tornarnos un edificio dedicado al Señor, para ser el tabernáculo de Dios con los hombres. (Efesios 2:19-22). (Alimento Diario, Libro 2, Semana 4, jueves, pág. 64).