- Hoy, El Espíritu posee los elementos de la experiencia humana de Jesús: Su encarnación, vivir humano, muerte y resurrección. Cuando creemos, recibimos al Espíritu dentro de nosotros (Éxodo 30:23-25; Juan 7:37-39; 14:16-17; 20:19-22).
- Para estar en el Padre, primero debemos estar en Cristo. Nuestro contacto con el Padre es siempre por medio de Cristo. Como el camino, la verdad y la vida, Jesús nos lleva al Padre (Juan 14:1-10).
- La Iglesia es la casa de Dios. No es una organización humana muerta, sino un organismo vivo. Dios no quiere un lugar físico como morada: Él quiere habitar con los hombres. Este objetivo se consumará en la Nueva Jerusalén, ¡cuando “Dios con los hombres” habite con nosotros para siempre! (Efesios 4:11- 12, 15-16; 1 Pedro 2:5; Mateo 1:23; Apocalipsis 21:1-3).
- La edificación del Cuerpo de Cristo es también una responsabilidad de todos nosotros. Debemos perfeccionarnos para edificar la Iglesia, el lugar de habitación de Dios (Efesios 4:11-12, 15-16; 1 Pedro 2:5; Mateo 1:23; Apocalipsis 21:1-3).