- Dios quiere entregar Su vida al hombre a través de Su palabra. ¡Gracias a Dios! Él nos creó con la capacidad de recibir Su vida. Para ello, el hombre necesita recibir al enviado de Dios (1 Juan 5:11-12).
- A partir del capítulo 14 del evangelio de Juan, Jesús comenzó a completar Su obra en la tierra dirigiéndose hacia la cruz para morir y realizar la redención eterna para el hombre. Así, el hombre es rescatado del pecado y justificado por la obra de Cristo en la cruz (Romanos 5:1).
- Al tercer día, Jesús resucitó y fue glorificado por el Padre, introduciendo al hombre Jesús en Dios, en Su gloria. Después de la glorificación de Jesús, Él regresó como el otro Consolador para habitar en el hombre. De ahora en adelante, la obra de Dios es introducirnos en Él y, al final, en Su gloria, como lo fue Jesús. Nuestro destino es la gloria de Dios (Hebreos 2:5-10).
- Al sumergirnos, penetramos en la profundidad de la palabra de Dios y recibimos lo que el Señor quiere revelarnos (Efesios 5:18-19), (Alimento Diario, Libro 5, Semana 2, lunes, página 25).