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- La palabra es el canal para tener más del amor de Dios en nosotros. Hoy el don más importante en la iglesia es profetizar. Usamos la inmersión para profetizar. Al hablar unos con otros, estamos profetizando. Al profetizar, la palabra entra en nuestros corazones y esto nos trae el amor de Dios (1 Corintios 14:1-3,6,19,23-25).
- Llenarnos del amor de Dios nos llevará a la perfección. Lo que es perfecto es el amor de Dios. A medida que el amor de Dios nos llena, crecemos y permanecemos en el amor. Por medio de la palabra profetizada, podemos vislumbrar las cosas de Dios, como a través de un espejo. Cuanto más vislumbramos el amor de Dios por llenarnos con la palabra, más vemos claramente (1 Corintios 13:9- 12).
- Necesitamos fe y esperanza para vivir la vida cristiana, pero cuando habitemos con Dios solo necesitaremos el amor. Todavía no hemos llegado a ese punto, así que necesitamos la palabra, del profetizar para llenarnos de amor (1 Corintios 13:9-12).
- “La presencia del Señor está en Su palabra. Cuando Él está presente, Su palabra viva transforma el agua en el mejor vino, lleno de vida y satisfacción para el hombre. ¡El Señor nos propone esta vida!”. (Alimento diario, Libro 5, Semana 3, jueves, p. 48).
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