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- Lo que Dios está haciendo en la iglesia no es una organización religiosa, sino una vid, la iglesia, que es el Cuerpo de Cristo. Somos muchos miembros del Cuerpo de Cristo, pero un solo Cuerpo. El camino más excelente es el amor, que viene a través del profetizar la Palabra, que contiene el amor de Dios (1 Corintios 12:12).
- El Señor vino a nosotros como el Espíritu, y cuando nos hablamos unos a otros con salmos, himnos y cánticos espirituales, estamos llenos del Espíritu. Por la inmersión, tenemos la palabra, que trae el amor de Dios. Cuando la palabra permanece en nosotros, nosotros permanecemos en el Señor. Profetizar es instruirse unos a otros. Nos hace permanecer en el amor (Efesios 5:18; Colosenses 3:13-14).
- El amor es el vínculo de la perfección. El amor es Dios mismo, que nos conecta unos con otros. Sólo el amor de Dios es capaz de esto. Cuando servimos juntos, el amor nos une, nos une unos con otros. Lo que realmente nos une no es la amistad natural, sino el amor de Dios. El amor es el único elemento que nos une perfectamente. Profetizar conduce a este resultado (Colosenses 3:13-14).
- “La vida de la iglesia debe ser una vida de celebración. El Padre y el Hijo, en la eternidad, vivían en celebración, llenos de alegría y satisfacción. El deseo del Padre ahora es introducirnos en esta fiesta divina” (Alimento diario, Libro 5, Semana 3, viernes, p. 51).
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