INMERSIÓN Martes | Mens. 06 – La degradación de la Iglesia a lo largo de los siglos

  1. Pertenecemos a la iglesia, un organismo vivo que le da al Señor la posibilidad de ejecutar Su voluntad en la tierra. Por lo tanto, la preocupación por nuestro propio sustento no puede arraigarnos en este mundo perverso (Gálatas 1:3-4; Mateo 6:25-34).
  2. Mientras cada uno de nosotros administra sus propias finanzas, debemos ser conscientes de que nuestras posesiones pertenecen al Señor (Hechos 2:43-47, 4:34-35; Santiago 1:17; 1 Cronicas 29:11-16).
  3. Durante el tiempo que Jesús estuvo en la tierra, las mujeres fueron pioneras en servirle con sus posesiones materiales. Fueron las primeras en invertir en el reino de Dios, reaccionando rápidamente para apoyar la obra (Lucas 8:1-3).
  4. “De todo Israel, Dios escogió una tribu y una ciudad para poner allí Su nombre y establecer Su habitación. Por lo tanto, todas las tribus debían ir allí para ofrecer holocaustos, sacrificios, diezmos y otras ofrendas al Señor. Hoy nos rige el mismo principio: nadie va a donde quiere, porque hay un orden. (Deuteronomio 12:5-9).” (Alimento diario, Libro 2, Semana 4, martes, p. 60).

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