1. El apóstol Pedro se presenta al comienzo de su segunda epístola como “Simón Pedro”. Su nombre original era Simón, y fue Jesús quien le puso el nombre de Pedro. El apóstol se propuso incluir su antiguo nombre y
el nombre que Jesús le dio al llamarlo. Este nombre indica la transferencia del viejo hombre al nuevo hombre(Juan 1 :42; Colosenses 1:13).
2. En 2 Pedro 1:1, Pedro se llama a sí mismo “Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo”. Se sitúa en la posición de siervo, pero también se identifica como “apóstol de Jesucristo”. Sin embargo, no utiliza el término “apóstol” para reclamar autoridad; más bien, asume la posición de siervo exactamente como lo hizo su Señor (2 Pedro 1:1; Filipenses. 2:6-7).
3. Quien sirve a Dios debe servir en posición de siervo. El Señor Jesús, que era Dios, no se aferró a Su posición como Dios; por el contrario, tomó la forma de siervo, la posición de siervo. Todos deberíamos tener esta postura. No estamos aquí para ser más grandes que los demás. Estamos aquí para servir (Filipenses 2: 5-8).
4. Para ser incluidos en la comunión con Dios, necesitamos saber cómo es Él. Al afirmar que Dios es luz, amor y Espíritu, el apóstol no lo dice en sentido metafórico, figurado, sino que hace afirmaciones asertivas y absolutas, que conciernen a la naturaleza y esencia de Dios. Por tanto, la naturaleza de Dios es luz y Espíritu, y Su esencia es amor (1 Juan 1:5; 4:8; Juan 4:24). (Alimento Diario Libro 1, Semana 3, lunes, pág. 41-42).
¿Sabías que también tenemos la inmersión para niños? Haz clic aquí para hacerlo con tu niño: INMERSIÓN PARA NIÑOS