- Necesitamos ser encabezados por Cristo, llenándonos de Él a través de la Palabra, hasta que todos lleguemos a la plenitud de Dios (Efesios 1:22-23; 3:17-19).
- Por medio de la inmersión en la Palabra, Cristo empieza a habitar en nuestro corazón, y así, Él gobierna nuestra mente, voluntad y emoción. Con el tiempo, ¡estaremos totalmente gobernados por Cristo!
- Es a través de la iglesia que Cristo podrá encabezar todas las cosas y castigar toda desobediencia. Esta es nuestra responsabilidad como iglesia (2 Corintios 10:4-6).
- Cuando hacemos la inmersión en la palabra, no ganamos solo un poco de conocimiento, sino que la esencia de Dios es grabada en nuestro corazón. Cuanto más disfrutamos de la palabra, más queda grabada en nuestro corazón [Hebreos 1:3]. (Alimento Diario, Libro 5, Semana 2, Domingo, pág. 36).