INMERSIÓN DIARIA Domingo | M.17 – Una Fuente que salte para Vida Eterna

  1. La religión no tiene nada que ver con la realidad espiritual. Incluso en la Iglesia, algunos pueden estar camuflados por la posición lograda a lo largo de los años, por la elocuencia o el conocimiento bíblico. Sin embargo, tu falsa espiritualidad puede estar oculta en tu apariencia espiritual y en tus discursos. ¡No te engañes! (Juan 4:21; 1 Timoteo 1:6-7).
  1. Jesús le dijo a Nicodemo que todos los que son nacidos del Espíritu, espíritu es, y todos los que nacieron de lo alto, del Espíritu, han entrado en el reino de Dios, estando bajo Su dominio y gobierno, y deben seguir la orden del Espíritu, la dirección del viento. Hoy, no tenemos libertad de nuestra dirección, vamos a dónde va el Espíritu, porque estamos en el reino de Dios, y nacemos del Espíritu. (Juan 3:5-6, 8; 4:21-24).
  1. Nuestra verdadera unidad es la del Espíritu. Cuando estamos en el espíritu, adorando al Señor, siguiendo la dirección del Espíritu, regocijándonos en Él y bebiendo del agua viva, como ha sido el caso hoy, estamos verdaderamente adorando a Dios. (Éxodo 3:2; 2 Corintios 3:5).
  1. Cuando Cristo viene, Él trae a Dios a nosotros a través de la Palabra. Por eso es importante que Cristo nos hable. El hablar transmite a Dios, y la palabra profética trae a Dios mismo a nosotros. Necesitamos amar la Palabra de vida. Esta Palabra que nos coloca dentro de la comunión del Cuerpo, y esa comunión es a través del apóstol, y la comunión con el apóstol Juan era la comunión con el Padre y Su Hijo Jesucristo (Juan 4:25- 26).

 

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