INMERSIÓN DIARIA Domingo | M08. Carta a la iglesia en Sardis

  1. Sin una vida de iglesia adecuada, no hay como tener realidad espiritual. Las vestiduras en la Biblia se refieren a lo que somos al vivir y caminar. La gracia que recibimos viene por el fluir del rio de la gracia, a través de la Palabra profética en una iglesia normal. Este es el suplir espiritual que nos llenará con la vida y realidad de Cristo, hasta la plenitud de Dios (Apocalipsis 3:4-5; Efesios 3:17-19).
  2. Lo más importante es ser aprobados por el Señor para reinar con Él. No podemos engañarnos con un vivir de apariencias, sirviendo de forma religiosa, tradicional y convencional. Usamos nuestros cuerpos para predicar el envangelho. Solo quienes hacen la voluntad del Padre entrarán en el reino de los cielos (2 Corintios 5:10; Mateo 7:21- 23).
  3. Andemos como sabios, conociendo la voluntad del Señor, llenándonos del Espíritu y hablando entre nosotros hasta que la palabra de Cristo habite ricamente en nosotros (Efesios 5:15-19; Colosenses 3:16), inculcando la Palabra de Dios en nuestro corazón, amando al Señor con todo nuestro ser (Deuteronomio 6:4-9).
  4. “El secreto de la bendición es ser sencillos. Por la fe y obediencia a la palabra profética damos testimonio, en estos últimos años, de la gran sabiduría de Dios en la conducción de la iglesia. Cristo nos ha conducido en sabiduría y prudencia (Efesios 1:8)”. (Alimento Diario, Libro 3, Semana 4, viernes, pág. 71).

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