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- El Señor hablaba con Moisés cara a cara, como a un amigo. Se trata de conocer el corazón uno del otro y practicar la palabra. Después de que Judas salió de en medio de ellos, Jesús llamó amigos a los discípulos, a quienes pudo abrir su corazón. Necesitamos seguir al Señor cada vez más de cerca. El que sigue la palabra de cerca se convierte en amigo del Señor (Éxodo 33:11; Mateo 28:19).
- El Señor ha llamado a muchos, pero no todos buscan hacer la voluntad de Dios. Si queremos ser amigos de Jesús, seremos uno de esos elegidos. Él nos escogió para ir y dar fruto. Somos la iglesia del id, no solo de venir. El Señor nos escogió antes de la fundación del mundo y nos designó, es decir, oficializó nuestra responsabilidad de ir y dar fruto (Juan 15:16).
- El Padre es el origen y los discípulos son los testigos. No queremos hacer nada por nosotros mismos, sino simplemente servir al Señor y hacer Su voluntad. Queremos estar extremadamente enfocados en hacer la voluntad de Dios, al igual que el Señor Jesús (Juan 15:26-27).
- “No necesitamos ser personas capaces, solo necesitamos seguir las palabras del Señor Jesús y practicar inmediatamente lo que Él dice. Así, la obra de Dios se hará y al final seremos recompensados” (Alimento diario, Libro 5, Semana 3, Domingo, p. 56).
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