- Todo lo que es del Padre es también del Hijo, y todo lo que el Hijo recibió del Padre por el Espíritu de verdad recibiremos (Juan 16:15).
- Todo el proceso de muerte y resurrección de Cristo es como un parto: hay mucho sufrimiento y dolor, pero valió la pena, porque el gran sufrimiento temporal tuvo como resultado la redención eterna del hombre y la venida del Espíritu de verdad. ¡Esto es grandioso (Juan 16:16-22; Isaías 53:1-12; Lucas 22:39-44)!
- Hoy estamos pasando por una “gestación” difícil para producir el hijo varón. Nos enfrentamos a ataques, mentiras, sufrimientos, pero no tenemos miedo, ¡porque el Señor está con nosotros! Jesús pasó por aflicciones y venció al mundo. Cuando estamos en el Señor, el mundo no puede prevalecer sobre nosotros (Apocalipsis 12:1-6; Juan 16:1-4, 23-33).
- Tenemos una naturaleza caída que ama las posiciones, pero Juan nos muestra que este camino resultará en la resurrección del juicio. Por lo tanto, es mejor para nosotros tomar el camino de Jesús, el camino que nos permitirá participar en la resurrección de vida y reinar con Cristo por mil años (Lucas 22:24-26; Juan 5:28-29) (Alimento Diario, Libro 5, Semana 4, domingo, pág. 72).