1.En la primera iglesia levantada, los hermanos se guiaban por la circulación de la vida de Dios, a través de la comunión en la enseñanza de los apóstoles. Por lo tanto, Dios pudo dirigir y gobernar Su iglesia a través de la palabra (Hechos 2:42).
2.Nos hemos liberado de la obra de los nicolaítas, del sistema clerical, del amor a la posición y de la disputa por la primacía. ¡Ahora, nos servimos los unos a los otros con amor! Gracias al Señor, ya no seguimos la estructura de poder del mundo, sino que como miembros del Cuerpo de Cristo todos podemos funcionar (1 Corintios 12:14-27).
3.¡Es legítimo tener riqueza material, pero debemos tener cuidado de que el dinero no domine nuestros corazones! No es pecado tener posesiones, pero los bienes no pueden aprisionarnos. El dinero pasa, pero el que hace la voluntad del Señor permanece para siempre. (Hechos 4:32-33; 1 Timoteo 6:6- 10; 1 Juan 2:15-17; Lucas 8:1-3).
4.”Si mantenemos nuestro ego activo, siempre apuntando a una posición de prominencia, de honor, nunca nos lavaremos los pies los unos a los otros. Por lo tanto, renunciemos a nuestra posición de honor para servirnos los unos a los otros con humildad y sinceridad de corazón” (Alimento Diario, Libro 4, Semana 2, domingo, p. 38).
¿Sabías que también tenemos la inmersión para niños? Haz clic aquí para hacerlo con tu niño: INMERSIÓN PARA NIÑOS