1.Como peregrinos que somos, vivimos en la Tierra, y debemos someternos a toda institución humana por causa del Señor. Aquellos que se oponen a la autoridad se resisten al orden de Dios (1 Pedro 2:12-17).
2.Tenemos un Señor que gobierna sobre nosotros y controla nuestra lengua y nuestras acciones. No debemos usar la libertad para la malicia y la maldad; más bien, debemos vivir como siervos de Dios, porque tenemos un Señor a quien dar cuenta (Romanos 13:1-2).
3.¡Debemos tratar a todos con honra! Que la calumnia y la difamación estén lejos de nosotros, porque son instrumentos del diablo para atacar a los hijos de Dios. Debemos amar a los hermanos, temer a Dios, porque es a Él a quien debemos obedecer, y honrar a las autoridades (Hebreos 9:20; Romanos 13:4).
4.”Así que no nos afanemos por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal. Dios nos sostendrá y cuidará de todos nosotros. […] Nuestro Padre se preocupa por nosotros” (Alimento Diario, Libro 6, Semana 4, jueves, pág. 63).
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