- Algunos disfrutan, valoran la palabra y son transformados por ella; otros critican porque no entienden nada. El problema de todo está en el corazón. Cuando se endurece el corazón, la Palabra no es aprovechada. Si tienes un corazón correcto, verás con tus ojos, oirás con tus oídos, creerás con tu corazón y serás sanado. Quitémonos el corazón crítico y seamos sencillos para recibir la palabra del reino (Mateo 13:14-19a).
- “El reino de los cielos es como un tesoro escondido en un campo.” En el contexto de Sardis, este campo puede interpretarse como que la Biblia está abierta, disponible. Jesus Cristo es el verdadero tesoro. De nada sirve tener la Biblia y no tener el tesoro (Mateo 13:44; Colosenses 2:3).
- Cristo se nos aparece por la revelación de la Palabra. No haga de la Biblia solo una regla de conducta en su vida. Debemos encontrar el tesoro de la Biblia. De nada sirve tener la Biblia si no encuentras a Cristo. Para tener revelación necesitas tener un corazón correcto e ir a la palabra revelada (Juan 5:39-40; 6:63).
- “Permanezcamos muy cerca de la voz del Señor. Los problemas y dudas con respecto a la palabra surgen por nuestra distancia de ella. Sigamos la palabra de cerca. (…) Dejemos lo que estamos haciendo para escuchar diligentemente la palabra, sin competencia de otras actividades. Aquellos que siguen al Señor de cerca, diligentemente escuchan Su voz cada vez que Él habla. Aquel está cerca del Señor y conoce Su corazón” (Alimento Diario, Libro 4, Semana 2, jueves, pág.32).