INMERSIÓN DIARIA Jueves | M.20 – El modelo de Jesús en la obra de Dios

  1. La capacidad de cualquiera de nosotros, comparada con la grandeza de Dios, es como dividir cualquier número por infinito. Incluso si Lucifer teniendo un billón de capacidad, si la dividimos por la capacidad infinita de Dios, el resultado es siempre cero. El camino que tomó Jesús fue admitir que, como hombre, carecía de capacidad (Jeremías 10:6-7; Salmos 147,5).
  1. Por muy capaces que seamos, delante de Dios nada somos. Pero si permitimos que el Dios ilimitado habite en nosotros y haga Su obra a través de nosotros, ¡reconoceremos que todo el poder es de Él! Este es el verdadero principio cristiano para hacer la obra de Dios (2 Corintios 3:5-6; Salmos 62:11; Efesios 6,10).
  1. ¡Todas las bendiciones sobrenaturales que hemos visto y recibido vienen de Dios! La obra de Dios no parte de nosotros, por el contrario, ¡nuestra suficiencia viene de Dios! (2 Corintios 3:5).
  1. No importa cuán grande sea la capacidad del hombre, nosotros no tenemos la capacidad de dar vida. Nuestro tesoro está en un vaso de barro. No somos más que vasos que contienen el tesoro, de modo que la excelencia del poder es de Dios y no de nosotros (2 Corintios 3:5; 4:7).

 

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