- La competencia solo ocurre en un reino sin vida. Pero en el reino en que la vida gobierna, no es así (Mateo 20:20-28, Mateo 18:1-4).
- Todos nosotros debemos tener espíritu de siervos. El Señor Jesús nos dejó el mejor modelo: Él no vino para ser servido, sino que se sacrificó a favor de muchos. Esa es la vida de la Iglesia: servimos por amor al Padre (Mateo 20:25-28).
- Un buen edificio no se hace sin cimientos. Dios quiere hacer una edificación en amor y necesita tener una base en el amor. La palabra hizo esa obra y estableció en nosotros un fundamento de amor (Efesios 3:17).
- “Mientras el pollino suelto come cualquier cosa, el que permanece atado a la vid más excelente disfruta en su vivir diario de una dieta rica en uvas, simbolizando vida, vida y más vida, por ser una dieta exclusiva de la palabra de Dios” (Génesis 49:11-12) (Alimento diario, Libro 3, Semana 4, jueves, pág. 63).
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