INMERSIÓN DIARIA Lunes | M.11 Los Valdenses – La Línea Dorada de la Gracia de Dios

  1.   Algo fantástico está sucediendo: los jóvenes, y especialmente los adolescentes, están apareciendo de la nada y se presentan delante del Señor como un ejército. Por la sencillez de los adolescentes y los niños, Dios está bendiciendo a esta generación. Ellos se están uniendo a sus amigos y colegas en esta tropa. ¡Hoy tenemos una generación que predica el Evangelio! En esta era final, es necesario el surgimiento de un ejército comprometido para traer al Señor de regreso. Esa es nuestra lucha. (Salmos 110:3)                                                                                                                                                     
  2. Nuestros jóvenes recibieron la misión de cuidar de los adolescentes. Las tropas de adolescentes necesitan cuidado y comando. Los jóvenes están recuperando el tiempo perdido al seguir la sencillez de los adolescentes, por la inmersión en la palabra y predicación del Evangelio del Reino en las calles. No solo tenemos las tropas, sino también los capitanes. Alabamos al Señor, porque Él está levantando un gran ejército en toda la tierra. (1 Crónicas 1:12-40)                                                                          
  3.   Los hermanos y hermanas deben dar la bienvenida a los adolescentes y jóvenes en las iglesias. Ellos pasarán por cada ciudad para incendiar a todos con el fuego del Evangelio y del Espíritu. En los tiempos finales las siete lámparas de fuego, que son los siete Espíritus de Dios que arden delante del trono, recorrerán toda la tierra, prendiendo fuego a las iglesias. A través del Evangelio, toda la tierra también será incendiada. (Apocalipsis 4:5, 5:6)                                                                                                               
  4. Para que el Señor complete Su restauración, debemos ser una generación especial que no sirve a Dios de manera tradicional, porque esta manera no traerá al Señor de vuelta. La iglesia en Filadelfia tiene poca fuerza y no es numerosa. Ella es llamada como pequeño rebaño, pero a Dios le agradó dar Su reino a este pequeño rebaño. (Apocalipsis 3:8; Lucas 12:32) (Alimento diario, Libro 4, Semana 4, lunes, pág. 58)

 

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