- Nuestro Dios es un Dios de fiesta. Él vive en un ambiente de alegría y plena felicidad. El Hijo es el placer del Padre y siempre está festejando delante de Él. (Proverbios.8:22-23, 30-31).
- El hombre es el invitado de Dios a Su fiesta. Después de la dispensación de la plenitud de los tiempos, por toda la eternidad, viviremos en total felicidad con Dios. (Proverbios 8:22-23, 30-31)
- En el Antiguo Testamento, se establecieron siete fiestas para el pueblo de Israel. Pero estas fiestas no tendrían sentido sin la realidad, que es la venida de Cristo para hacer la voluntad del Padre. Las fiestas sin Cristo no tienen ningún sentido. (Juan.7:1-44)
- Por medio de su resurrección, el Señor Jesús llevó a la Iglesia a las regiones celestiales, haciéndose Él la escalera por la que podemos entrar en el cielo. (Alimento diario, libro 3, semana 3, lunes, p. 41)