INMERSIÓN DIARIA Lunes | M07. Sardis: Tienes nombre de que vives y estás muerto

  1. Nada en la iglesia se hace sin el encabezamiento de Cristo o nada es hecho para buscar la honra y la gloria de los hombres. Todo es para contribuir a la edificación de la iglesia. Para que Dios haga Su voluntad y concluya lo que Él necesita lograr en esta era a través de nosotros. Nada es para exaltar a una persona, talento o capacidad humana (Efesios 3:20-21).
  2. La obediencia a la palabra del Señor está produciendo un ejército que cree en la palabra profética con sencillez y realiza la obra de Dios con la bendición del Espíritu. Gracias a Dios, tenemos las armas que no están en la esfera carnal, sino celestial, y son la palabra de Dios. Estas armas son capaces de llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo. (2 Corintios 10:3-6)
  3. La sencillez, el amor a la palabra y la obediencia producen para Dios un ambiente sin resistencia a su El lado bueno de nuestra alma ofrece mucha resistencia a lo que Dios quiere hacer, actuando según nuestras opiniones, que frenan lo que Dios quiere lograr. Al final de los tiempos, el Señor debe limpiar toda desobediencia que hay en nuestra vida del alma (Mateo 16:21-23; Marcos 8:34-36)
  4. “Cuando nuestra mente se renueva, se somete al espíritu, convirtiéndose en el “espíritu de nuestra mente”, y dejamos de vivir en el viejo hombre. En este proceso de renovación, Dios nos ha dado un gran regalo: ¡la inmersión en la palabra profética! ¡Este camino es rápido y corto! Una vez renovada, nuestra mente se somete al espíritu, y el Señor encuentra un camino abierto para las otras partes de nuestra alma (Efesios 4:22-23)”

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