- El Señor está haciendo algo sobrenatural entre nosotros y nadie nos arrebatará de Sus manos, pues Él necesita de nuestra cooperación para hacer la voluntad de Dios en la tierra (Juan 10:28-29).
- La preocupación de los hombres es saber quién de ellos es el mayor, pero el Señor desea que seamos como un niño, que es sencillo y humilde, porque Él no usará nuestra capacidad, fuerza y poder como combustible, sino que nos hará canales por medio de Su Espíritu (Mateo 18:1-5; Zacarías 4:6).
- Necesitamos oír la palabra del Señor con diligencia, porque su comprensión depende de la revelación que va más allá de nuestra lógica. Necesitamos el corazón de María Magdalena para captar el verdadero sentimiento detrás de Sus palabras (Éxodo 19:5-6).
- Cuando, con amor reverente, nos sumergimos en la palabra escuchada y la transcribimos, la realidad espiritual de esa palabra se produce en nuestro interior (Isaías 66:2 KJA) (Alimento Diario, Libro 1, semana 3, lunes, Pág. 40).