- La Palabra de vida es una Persona, Cristo. Él es la vida eterna que estaba con el Padre y fue manifestada al hombre. Esta Palabra fue anunciada por el apóstol Juan, y quienes La recibieron por la fe, fueron introducidos en la comunión de la vida, la comunión del Cuerpo de Cristo. Esa es la importancia de la Palabra (1 Juan 1:1- 2).
- Dios creó los cielos y la tierra de manera maravillosa para establecer Su gobierno en vida. Sin embargo, Satanás se rebeló y arruinó la tierra. ¡Pero Dios “pasó la página”! ¡Por donde el Espíritu de Dios se mueve, allí hay vida! A través del poder de Su Palabra, Dios quiere traer vida nuevamente a un planeta lleno de muerte. (Génesis 1; Proverbios 8:22-34; Job 38; Ezequiel 28:12-19; Isaías 14:12-15; Juan 8:44).
- Fuimos creados un poco menor que los ángeles. Pero Dios nos dio algo especial, que los ángeles no tienen: el espíritu humano, un “vaso” para recibir a Dios dentro de sí. Así que no somos capaces; ¡el único capaz es Dios, que es el Tesoro en nosotros! ¡No confiemos en el vaso, es decir, en nuestra capacidad natural, sino en el Dios poderoso que está dentro de nosotros! (Hebreos 2:5-8; 2 Corintios 4:7).
- El hombre fue creado de manera especial, con la capacidad de recibir, a través de la palabra, la vida de Dios; y, para recibir la vida divina, es necesario recibir a Su enviado: Jesús (Génesis 2:7; 2 Corintios 4,7). (Alimento Diario, Libro 4, Semana 4, lunes, página 56).
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