- La iglesia en Éfeso seguía todos los fundamentos dejados por el apóstol y buscaba practicar todos los principios espirituales, pero les faltaba el primer amor. No basta con seguir correctamente la palabra en todo, y estar frío y faltándole amor y entusiasmo. La palabra necesita producir algo real en nosotros (Apocalipsis 2:2-4).
- ¡No quede sólo en la apariencia y actitudes externas! La palabra es Cristo mismo. Cuando permitimos que esta palabra, que sale de la boca de Dios, circule entre nosotros, miembros del Cuerpo de Cristo, sedimenta a Cristo en nuestro corazón: nuestra mente, voluntad y emoción (Efesios 3:17; Colosenses 3:16).
- ¿Por qué se pierde el primer amor? Porque sólo cumple externamente, se atiene a reglas externas y no se preocupa por la circulación de la vida, que hace una obra interior. Yo necesito que la palabra haga una obra interior, entonces estaré arraigado y cimentado en amor (Efesios 3:17).
- “No le falta poder, sólo necesita activarlo. Para esto necesita la palabra profética. Es necesario que Jesús hable (…) Cuando creemos en esta palabra, activamos Su poder a través del Espíritu que habita en nosotros” (Alimento Diario, Libro 3, Semana 3, martes, página 45).
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