- Para hacer la obra de Dios, necesitamos de la promesa, de la presencia y del descanso. Los ataques serán muchos, pero la presencia del Señor nos hará descansar mientras luchamos (Éxodo 33:14).
- Nehemías convocó y el pueblo se dispuso inmediatamente para reedificar los muros de Jerusalén. Hubo, finalmente, una voz de mando, que los movilizó para esta tarea. Cuando llega la palabra de orden, empieza a haber gobierno. Esta es la importancia de la palabra profética (Nehemías 2:17-18).
- Dios siempre escoge a hombres de corazón puro, buena conciencia, de fe no fingida, y que saben que su servicio tiene plazo determinado por Él (Nehemías 2:19-20; 1 Timoteo 1:3-5).
- Somos bendecidos con todo tipo de bendiciones espirituales, no solo con una parte de ellas. Dios no da el Espíritu por medida, Él no da parcialmente, sino más bien toda clase de bendición espiritual en las regiones celestiales en Cristo (Efesios 1:3) (Alimento Diario, Libro 2, Semana 4, martes, pág. 59).