- La Palabra que sale de la boca de Dios, hace Su obra. Cada palabra que Dios habla en cada momento es para realizar Su obra. En la historia de la Iglesia muchas enseñanzas y doctrinas fueron producidas creándose un hábito de discusión de doctrinas y teologías, lo que llevó al pueblo de Dios a perder el sentido de que la palabra que sale de Su boca es la que hace Su obra (Isaías 55:10-11).
- La palabra que Dios habla a la Iglesia no es para ser acumulada o para convertirse en un repertorio de predicaciones. La Iglesia necesita ejecutar la voluntad de Dios y para eso necesita oír la palabra que proviene de Su boca (Isaías 55: 10-11).
- La palabra que sale de la boca de Dios es viva y da dirección a la Iglesia. El secreto de la Iglesia en Filadelfia es que les fueron revelados los tesoros de la palabra profética. La obra de Dios avanzó mucho en estos años debido a esa Palabra, que no tiene origen en un hombre, sino en Dios, que lo usa como Canal (Efesios 3:1-3, 8).
- “La palabra de Dios no se entiende con una mente lógica, sino con el espíritu. Si pudiésemos entender con la mente humana, de forma lógica, todas las cosas de Dios, no necesitaríamos de Él. Dios está mucho más allá de la comprensión de la mente lógica del hombre” (El que tiene oído, oiga! – Lecciones de Pérgamo y Tiatira, página 38/39).