1. Dios quiere un pueblo cercano a Él, que sea de Su propiedad exclusiva y que le dé descanso. ¿Cómo hacer de un pueblo tan rebelde un lugar de descanso? Si escuchamos diligentemente la voz del Señor y guardamos la palabra que Él nos ha dado (Su pacto), ¡seremos Su nación santa! La palabra es el factor principal para mantenernos en el primer amor, el mejor Por esto, el Señor nos ha dado la inmersión en la palabra (Exodo 19:4-6).
2. La Palabra no debe ser oída y olvidada, sino que debe ser parte de nosotros. Hay varios “vinos” que nos embriagan y que nos hacen olvidar nuestra parte en la historia de la iglesia, como nuestro trabajo, estudios y Debemos ser llenos del Espíritu hablando entre nosotros con la palabra, con salmos, himnos y cánticos espirituales. Esta maravillosa herramienta nos ayuda a disfrutar y sumergirnos en la palabra (Efesios 5:18)
3. Debemos hacer que la Palabra habite en nuestro corazón para mantener el amor ardiendo dentro de nosotros con toda nuestra fuerza. Este proceso se lleva a cabo solo inculcando (grabando, imprimiendo) la palabra en nuestro corazón, y luego repitiendo la palabra. ¿Por qué hablamos entre nosotros? ¿Por qué hacemos gritos de guerra? Seguimos repitiéndolo una y otra vez hasta que la palabra sea grabada en nuestros (Colosenses 3:16; Deuteronomio 6:4-7)