INMERSIÓN DIARIA Martes | M20 Revestirse del amor que une todas las cosas con la perfección

  1. El agua de la gracia necesita crecer en nuestra vida. Dios quiere elevar el nivel de las aguas, hasta quete pierdas, sin saber más a dónde ir. Muchos no quieren meterse en el agua y perder el control de las cosas. Muchos años de buena gestión pueden impedirnos probar lo nuevo. ¡Deja que el Espíritu lo haga! Serás solo un canal, sin tener los pies en la tierra, flotando e inmerso en el río de la gracia, siguiendo la dirección de Dios. (Ezequiel 47:1-9; Juan 3:6,8)
  2. Si no nos volvemos como niños, no podremos entrar en el Reino de los Cielos. Somos muy complicados. Siempre tenemos una lógica y cuando no estamos de acuerdo con lo que está sucediendo, vemos lo que viene de Dios como absurdo. Tiene una opción: vivir hasta su muerte con lepra o dejar sus conceptos y obedecer la palabra del profeta. (Mateo 18:3; 2 Reyes 5:1-2, 10-14)
  3. La obra de Dios son los frutos del fluir del río. No es cuánto hace el hombre para Dios, sino cuánto se presenta este hombre como un canal para la realización de la obra de Dios.
  4. El árbol de la vida produce 12 frutos, de mes en mes. Y ese fruto es la obra de Dios, Su voluntad siendo hecha. No es simplemente una obra de nuestras manos, sino el resultado de nuestro disfrute de la Palabra profética, por la inmersión. Si usas y obedeces esta palabra, das fruto. Esa es la verdadera obra. El que está inmerso en el Río da fruto para Dios y trae sanidad a las naciones (Apocalipsis 22:1,2).

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