- En la caída, el pecado y la muerte entraron en el hombre, todos murieron y se convirtieron en pecadores. El Señor, en Su muerte, nos buscó y nos llevó en resurrección, juntamente con Él, para sentarnos en los lugares celestiales en Cristo Jesús. Hoy estamos en Cristo, en resurrección (Efesios 2:1, 5-6).
- Así como un tanque de agua necesita estar sobre toda la estructura de la casa, para que se pueda aprovechar el agua en todas sus habitaciones, de la misma manera, espiritualmente, Cristo fue elevado sobre todo, para poder llenar todas las cosas. ¡Por tanto, deje que Él llene cada “habitación” de su ser con Su vida victoriosa hoy! (Efesios 1:19; 4:10)!
- Cristo fue elevado al punto más alto y obtuvo la autoridad que está sobre todo principado, potestad, dominio y poder. Él vino a la Iglesia y entregó la autoridad de la Cabeza al Cuerpo para hacer discípulos en todas las naciones y llenar todas las cosas (Mateo 28:18; Isaías 57:15).
- Necesitamos pedirle al Señor: “¡Llévenos al cielo, a la otra dimensión, la dimensión de la eternidad! No queremos quedar atrapados en este mundo limitado. No podemos vivir sólo por lo que vemos” (Juan 8:23; 17:16; 2 Corintios 5:7) (Alimento Diario, Libro 2, Semana 1, martes, p. 10).