- El modo de vida de Juan el Bautista indicaba la ruptura con la antigua estructura religiosa, para introducir algo nuevo: Cristo. Su función era dejar claro que la antigua estructura no podía dar paso a Cristo. Lo mismo ocurre hoy, al final de los tiempos, el Señor está acelerando el ritmo de la iglesia. ¡Quiere terminar esta era! Así que llamó a los trabajadores de la última hora, que necesitan actuar fuera de la caja (Mateo 3:1-4; Romanos 7:6).
- No debemos contentarnos con la forma tradicional y convencional de vivir en la iglesia. De esta manera no apresuramos el regreso del Señor. Los principales sacerdotes en los días de Jesús permanecieron en la antigua estructura religiosa, y terminaron oponiéndose al Señor. Si nos quedamos en la antigua estructura religiosa, existe el peligro de que nos levantemos contra lo que Dios está haciendo, convirtiéndonos en oponentes de Su obra (Marcos 3:1-6).
- Los escritos del apóstol Juan tienen una característica muy interesante: no se preocupa en narrar los acontecimientos por la lógica o racionalidad humana, sino que quiere llevarnos al cielo para ver como Dios ve, para darnos una visión desde lo alto (Juan 8:23; 20:30-31).
- “Dios quiere dar la revelación a Sus siervos para que profeticen en las iglesias. Tales siervos son la boca colectiva en el Cuerpo de Cristo. Sin embargo, esta revelación fue dada por medio de una persona: el apóstol Juan. Dios dio revelación a Sus siervos por medio de Juan, y ellos transmitieron a la iglesia lo que Juan recibió de Dios. Así es como Dios actúa, para que haya un solo hablar, una sola dirección, sin confusión” (Apocalipsis 1:1) (Alimento Diario, Libro 3, Semana 8, Miércoles, p. 128).