- La palabra hace la obra y realiza la voluntad de Dios, prosperando en aquello para lo cual fue enviada. (Isaías 55:10-11).
- La palabra profética es como una lámpara que brilla en un lugar oscuro y nos da una dirección. Sabemos hacia dónde vamos, por medio de la palabra profética. (2 Pedro 1:19).
- La religión nos da un lecho, pero el Señor quiere sacarnos de este. Por eso, Él nos pregunta: “¿Quieres ser sanado?”. ¡Amén! Entonces el Señor nos dice: “Levántate, toma tu lecho y anda”. Es la palabra de Dios la que cura. (Juan 5:1-9).
- “Había enemistad entre judíos y gentiles, pero ahora Cristo ‘es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, la enemistad’ (Efesios 2:14)” (Alimento diario, Libro 1, Semana 1, miércoles, pág. 13).