- La Palabra de Dios debe ser guardada, practicada y escrita en nuestro corazón (Deuteronomio 6:1- 7).
- Cristo es la Palabra y estaba en el principio con Dios, pero se hizo carne, habitando entre nosotros lleno de gracia y de verdad (Efesios 4:10; Juan 1:1,14).
- Dios colocó a Cristo por encima de todos los dominios, principados y potestades, dándole toda autoridad. Dios no sólo Lo sacó de las regiones más bajas de la tierra, sino que Lo hizo ascender por encima de todos los cielos y Lo sentó en los lugares celestiales, sobre todo principado y potestad (Efesios 1:19-21; 4:8-9).
- Por toda la eternidad, el Padre y el Hijo viven en fiesta, Uno siendo la alegría del Otro, el placer del Otro, felices Uno al lado del Otro. Dios desea introducirnos en Su dimensión de eterna alegría y placer (Alimento Diario, Libro 4, semana 1, miércoles, pág. 14).