INMERSIÓN DIARIA Miércoles | M18. Cristo es todo en todos en el Nuevo Hombre

  1. Dios envió a Su Hijo para promulgar la verdad (Isaías 42:1-5). La primera vez que Cristo vino, Él no clamó, ni gritó. Él vino mudo, callado, sufrió toda clase de injurias y sufrimientos delante de Sus trasquiladores (Isaías 53:7). Encontró aquí en la tierra hombres rotos, enfermos, dolidos. Pero no extinguió a la multitud que ya estaba dejando salir humo Por el contrario, Él promulgó el derecho, la verdad.
  2. Dios formó los cielos para la tierra y la tierra para producir Su voluntad (Isaías 42:5). Quien camina por la tierra debe vivir por el Espíritu, no por las cosas que se ven. Así es como seremos productivos. Nuestra misión es sacar a los ciegos de las tinieblas (Isaías 42:7). Hemos llegado al momento de la aurora y estamos en la era Terminaremos esta era haciendo la voluntad de Dios.
  3. ¡Ahora el Señor quiere un cántico nuevo, como estos gritos de guerra, que son un nuevo tipo de alabanza! (Isaías 42:10-15) Durante mucho tiempo el Señor guardó silencio, pero en el tiempo del nacimiento del Hijo Varón los gritos ya no están contenidos. Dios ya no se contendrá más. Él gritará y la iglesia también gritará junto a Él. ¡En medio de estos gritos nacerá el Hijo Varón, los vencedores! (Apocalipsis 12:5)

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