- Hoy el Señor tiene un grupo de personas en quien puede confiar. A este grupo ya no se le llama solamente “siervos”. Un siervo no busca reconocimiento, él no tiene ambición por posición, sino que simplemente busca complacer a su amo. Hemos oído la voz del Señor, hemos cumplido Sus órdenes y le hemos servido todos estos años (Juan 15:15).
- El Señor quiere que vayamos un paso más allá: además de ser siervos de la fieles, Él quiere que seamos Sus amigos. Un siervo no sabe lo que su señor quiere hacer a menos que él se lo ordene, mientras que los amigos conocen el corazón los unos a otros (Juan 15:14-15).
- ¡El Señor está formando un grupo de amigos de Jesús! Amemos cada oportunidad de escuchar la voz del Señor, esto ha hecho una gran diferencia entre nosotros. Los amigos son los pámpanos fructíferos, que están conectados a la vid (Juan 15:14-16; Marcos 4:10-11).
- Al servir a Dios, podemos elegir el camino de Jesús, que es de total dependencia del Padre, o el camino de Lucifer, que se basa en nuestra propia capacidad (2 Corintios 3:5) (Alimento Diario, Libro 5, semana 4, miércoles, pág. 63).