INMERSIÓN DIARIA Miércoles | Mensaje 08 – El Regreso a la Iglesia de la Era de los Apóstoles

  1. Jesús oró al Padre para que no nos quite del mundo, sino que nos libre del mal y nos santifique en la verdad, para que podamos hacer la voluntad de Dios en la tierra. En la Iglesia, somos purificados por el lavamiento del agua por la Palabra, la cual incorpora en nosotros la naturaleza santa de Dios y elimina los elementos negativos que están en nosotros (Juan 17:15-17; Efesios 5:25-26).
  1. Después de 19 siglos de degradación de la Iglesia, ha llegado el momento de entregar al Señor una Iglesia gloriosa, llena de Cristo, que aprecia y practica Su Palabra. Para ello, necesitamos sumergirnos en la Palabra, inculcarla en nuestro corazón y en el de nuestros hijos, y hacer circular la vida por todos los miembros del Cuerpo de Cristo (Efesios 5:18-19; Colosenses 3:16; Deuteronomio 6:6-9).
  1. La Palabra proviene del Dios verdadero; una vez desconectados de ella, nos conectamos con el padre de la mentira (Juan 8:44). Dios quiere eliminar la falsa espiritualidad y llenar el vacío que hay en nosotros, llenándonos de la realidad de Cristo para engendrar una Iglesia genuina que sustente la verdad de Dios en el universo (1 Timoteo 3:15).
  1. Es imperativo creer que Jesús sabe cuál es el momento adecuado para actuar. Él no actúa según nuestra lógica. Depende de nosotros descansar, creyendo que el Señor tiene el control de todas las cosas (Juan 10:17-18; Apocalipsis 4:2). (Alimento Diario, Libro 3, Semana 2, miércoles, página 30)

 

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