- El encargo del Espíritu en el Evangelio de Juan es, además de los relatos históricos, presentar el plan de Dios para comunicarse con el hombre a través de la Palabra. Por Su encarnación, vida humana, muerte y resurrección, Él dispensa Su vida para la edificación de la iglesia (Juan 1:1-5, 14, 29, 51).
- Las epístolas de Juan concluyen las epístolas de los apóstoles, mostrando a Cristo como la Palabra de vida, que tiene como objetivo introducir a la iglesia en la comunión de la vida divina con el Padre y con su Hijo. Revelan que el objetivo final de Cristo es tejer un tejido de amor, cuya urdimbre es Dios mismo y Su amor siendo dispensado al hombre, y la trama es Su amor manifestándose entre los miembros de Su Cuerpo. (1 Juan 1:1-4; 4:17-21)
- Apocalipsis es la conclusión de toda la Biblia, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. Toda la Biblia es la revelación de Jesucristo, especialmente el último libro que la concluye. En Apocalipsis, la revelación se da a conocer no solo con palabras, sino también a través de señales que contienen significado espiritual. Revela la conclusión de la economía de Dios hasta la eternidad futura (Apocalipsis 1:1).
- “La vida cristiana es una vida de fe vivida en el ámbito espiritual y celestial. Nunca más deberíamos vivir en la esfera terrenal. Todo hombre que nace del Espíritu pasa a vivir ya no de acuerdo con las reglas de la tierra, sino por el Espíritu (Juan 3:8). Y todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. ¡Aleluya!” (Alimento Diario, Libro 5, Semana 1, sábado).