- Somos un solo Cuerpo y todos velamos por él. En tiempo de guerra, necesitamos permanecer unidos, siempre delante del Señor y Su palabra, para que la Iglesia sea protegida. Vivimos en un tiempo de urgencia, así como en el tiempo de Nehemías (Nehemías. 4:19-23).
- La casa de Dios necesita gobierno. En ella, no puede haber privilegios de algunos ni prácticas que exploten la condición de las dificultades de un hermano. Todos trabajamos por la misma finalidad: ¡la edificación de la Iglesia! Tengamos un buen testimonio, y Dios se acordará de nosotros (Nehemías 5:1-19).
- La artimaña del enemigo de Dios consiste en decir que Su elegido quiere exaltarse y ambiciona ser rey. ¡Pero ese no era el corazón de Nehemías, ni debería ser el nuestro! (Nehemías 6:1-19; 5:14).
- Debemos tener un vivir de redimir el tiempo, llenarnos del Espíritu y buscar la voluntad de Dios. Pero, ¿cómo hacer esto en la práctica? El secreto es la inmersión en la palabra, hablando entre nosotros con salmos, cantando y alabando de corazón al Señor (Efesios 5:18-19) (Alimento Diario, Libro 2, Semana 4, sábado, pág. 69).