- Nuestros adolescentes no tienen miedo de invitar a otras personas a venir y ver. Simplemente dicen: ¡Ven y ve! Aquí hay agua viva, hay una fuente que salta para vida eterna, ¡hay verdadera fiesta, verdadera alegría, verdadera felicidad! Si no tienes adolescentes en tu localidad, búscalos. Si solo tienes uno, ¡comienza! ¡Cuántas iglesias comenzaron con un adolescente y hoy hay treinta, cincuenta! Busque adolescentes. ¡Tu vida de Iglesia cambiará! (Juan 1:45-51; Juan 4:13-18).
- Tal vez tu vida está seca, sintiendo la falta de agua. ¡Pero puedes ir a buscar el agua, no en un pozo profundo, sino dentro de ti! ¡En ti tienes una fuente de agua viva que salta hacia la vida eterna! ¡Usa esta herramienta, haz inmersión, contacta con la palabra! La palabra es vida, es la circulación de la vida, ¡es Espíritu! (Juan 4:14; 14:16-17).
- ¡No vivamos una vida de apariencias! ¡Busca la realidad! Es mejor ser sinceros, honestos y confesar al Señor diciendo: Señor, no tengo toda esta realidad, pero quiero tenerla. No nos escondamos detrás del manto de la espiritualidad. A través de la inmersión en la palabra, acompañando la palabra profética, ganamos realidad. (Mateo 7:22-23; Juan 4:19-20).
- “Esto todavía sucede en nuestros días: los líderes entre el pueblo de Dios son contratados para hablar palabras que agradan a las personas. ¡Que el Señor nos libre de esa situación! Seamos siempre fieles al Señor y hablemos solo lo que Él nos manda para que se haga Su voluntad entre nosotros (2 Pedro 2:15) (¡El que tiene oído, oiga! – Lecciones de Pérgamo y Tiatira, pág. 21).